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Con el fuego encendido

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Ángel Rodríguez, en la cocina de su casa. Foto: Gerardo Pérez.

Ángel Rodríguez domina la mitad de la cancha y es un experto en la cocina.

Acababa de regresar a su casa tras entrenar toda la mañana. Ángel Rodríguez y sus compañeros darseneros no tuvieron mucho tiempo para disfrutar de la victoria frente a Peñarol porque el jueves enfrentarán a Nacional por la Copa Libertadores.

"No descansar no es atípico para nosotros porque ya lo venimos sufriendo desde que empezó la Copa Libertadores. Jugar con los dos grandes en tan pocos días sí es atípico", dijo el volante, que acababa de prepararse una pasta y una ensalada. Ángel tiene sólo 23 años, pero hace dos que abandonó la casa paterna y asegura que no extrañó.

"Siempre fui muy independiente, desde chico. Siempre me gustó tener mis cosas. Cuando vivía con mis padres se preocupaban de mi comida y de mi ropa; de todo. Pero no lo extrañé, sólo alguna pelea que otra. No tengo problema con la comida. ¡Soy muy bueno cocinando! Aprendí de chico, mi madre nos acostumbraba a limpiar y a ayudarla a cocinar y fui aprendiendo. Eché un ojo a todo eso y me sirvió para poder comer hoy, si no, no comía", dijo riendo. "Varío mucho, pero el pollo y la pasta es lo que me queda mejor. Y a veces, cuando tengo ganas, me hago algún guisito", añadió.

"Estoy muy contento por el resultado que obtuvimos con Peñarol. Sabíamos que iba ser un partido duro y de ida y vuelta. Los dos veníamos mal, con resultados negativos. Mantuvimos la tenencia de pelota y esa rebeldía que mostramos durante todo el partido fue lo que nos ayudó a conseguir tres puntos que nos permiten seguir sumando en la tabla. Y sumar también en lo anímico para el equipo", dijo sobre el partido frente a los aurinegros, donde recibió 7 puntos de calificación en Ovación. Algo a lo que está acostumbrado, porque no es fácil pensar en un partido en el que no haya jugado bien.

"Va en base a los entrenamientos y a lo que uno quiere y apunta. Espero seguir igual porque eso es lo que mantiene vigente a un jugador y encendido a un grupo", dijo buscando una explicación a su gran regularidad.

"La genética tiene que ver claro, pero de nada sirve la genética si uno no apunta a mejorar siempre y no entrena cada día de la misma manera. Una cosa va de la mano de la otra", explicó con madurez. "Aunque también le tengo que dar gracias a mis padres. Je".

Ángel sabe que el futuro de River Plate, con sólo dos puntos en la tabla del grupo 2 de la Copa Libertadores, está complicado. "Todavía hay una remota chance y vamos a pelear hasta el final. No es fácil, pero nunca hay que bajar los brazos. ¿Quién dice que no logremos algo?", se preguntó.

"Con Nacional nos conocemos mucho. Es como si fuera un partido más del Campeonato Uruguayo. Para ganarles creo que debemos afirmar lo que venimos haciendo nosotros día a día, que lo venimos haciendo bien. Y tener confianza. Esto lo vengo repitiendo, pero pienso que no hemos tenido la suerte que otros equipos y jugadores tienen".

Ángel se ha afianzado en la mitad de la cancha, pero en el baby fútbol era delantero y además en formativas recorrió diferentes puestos. "Como delantero era bastante bueno, pero de esos que hacen goles y nada más. Fue el profesor Santos, cuando entré a las formativas de Defensor Sporting, que me vio condiciones para jugar de volante. Jugué de 8 o de 10. Y luego en Sexta División jugué de zaguero, de lateral, de 5 de 8, de enganche... de todo un poco".

Pero hoy lo que más le gusta es organizar el juego en la mitad; ser 5. "Es una posición en la que siempre estás en el ruido. Si no estás defendiendo, estás atacando. La pelota pasa por vos, tenés que marcar y apoyar a los compañeros. Estás continuamente en circunstancias de juego, organizando todo. Y estar con la pelota es lo que más me gusta", agregó el futbolista que hizo administración de empresas. "Mis padres nos inculcaron sobre la necesidad de estudiar".

Sueña con jugar al más alto nivel y si pudiera elegir preferiría el fútbol inglés. "Uno aspira siempre a ser el mejor y a jugar en Europa. Y la selección siempre está presente. He estado en procesos de juveniles, pero la mayor sería lo máximo. Igual, si me tiene que tocar, será más adelante. Hoy pienso sólo en el día a día".

EL AMOR DE DÉBORAH.

Mellizo.

Ángel es hermano de la atleta Deborah Rodríguez, pero asegura que eso nunca fue un inconveniente. "Ser mellizos estuvo bueno. Todo se hizo más fácil. Yo era medio dejado y ella siempre me cinchaba".

Orgullo.

Déborah suele twitear sobre el orgullo que siente por su hermano futbolista. Y es mutuo. "Ella es un amor, yo soy menos expresivo".

Ángel Rodríguez, con sus medallas. Foto: Gerardo Pérez
Ángel Rodríguez, con sus medallas. Foto: Gerardo Pérez
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Ángel Rodríguez, en la cocina de su casa. Foto: Gerardo Pérez.

RIVER PLATESILVIA PÉREZ

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