Publicidad

El "Pompa" vuelve al fútbol para escuchar su corazón

Compartir esta noticia
Edgar Borges. Foto: Darwin Borrelli

Edgar Borges llegó a Francia en 1992, tras haber jugado en Danubio, equipo con el que fue campeón uruguayo en 1988, y en Nacional. A pesar de alguna breve interrupción, lleva 24 años en el país galo, la mitad de su vida, y no niega que se siente un poco francés.

Vive en Lille, la ciudad a la que llegó por primera vez cuando tenía sólo 22 años. "Me siento un francés sí, porque he pasado mucho tiempo acá. Y tengo mi familia y dos hijos franceses. Y me he adaptado a esta sociedad", contó el "Pompa".

Pero no siempre fue así, sus comienzos en una sociedad tan diferente a la uruguaya no fueron nada fáciles. "Francia es muy, muy diferente a Uruguay. Muy distinto a lo que puede ser España e incluso Italia. Tiene otra cultura y la lengua también influye. Cuando llegué a Francia no sabía una palabra de francés y además, la gente tiene una manera de vivir muy distinta a la nuestra. Todo me costó mucho al principio. Aquí la gente es muy cultivada, tiene mucha cultura y a una persona como yo, que llegué de Uruguay y casi sin estudios, le costó ubicarse. Encontré costumbres muy distintas y al principio se me hizo muy complicado. Es muy difícil para el futbolista uruguayo acostumbrarse a este país y por eso es que no hay tantos jugadores aquí como puede haber en España o Italia", relató quien fuera pieza importante en el Danubio que en 1988 se coronó por primera vez en su historia, campeón uruguayo.

agente. El "Pompa" ya había incursionado en el fútbol, trabajando como agente hace diez años. Pero las cosas no resultaron como esperaba y estuvo este tiempo alejado de lo que es su gran pasión. Ahora, ha decidido volver. "Creo que la otra vez no me fue bien por mi falta de experiencia", admitió, aunque como hecho positivo resaltó que llevó a Sebastián Ribas al Dijon. "Él estaba sin jugar en el Inter de Milán. Lo trajimos al Dijon y anduvo muy bien. Terminó siendo el goleador de Segunda y colaborando para que su equipo subiera", relató.

"El trabajo de agente es muy difícil. No alcanza sólo con tener conocimiento del tema y contactos. Pues si bien es una tarea que está ligada al fútbol, es un poco como ser un gerente de empresa. Hoy cuando analizo me doy cuenta que muchas veces en las que debí haber dicho sí dije no y cuando debí decir no, dije sí. Conclusión: no me fue bien, me cansé un poquito y me retiré de ese asunto".

Durante el lapso lejos del fútbol, el "Pompa" realizó diferentes tareas. "Últimamente, he vivido la vida más como una persona normal, que hace todo para que no le falte nada a su familia. Cuando uno está en el fútbol, ya sea como jugador o como agente, está en otro mundo. Un mundo muy diferente al de la gente que se levanta todos los días a la misma hora para ir a trabajar. Durante estos años he sido un trabajador normal. Y creo que me he revuelto bien. Estuve trabajando mucho tiempo como personal trainer y también en un restaurante. Allí, era una especie de relacionista público, porque soy una persona bastante conocida acá en Lille. Las cosas de la vida me hicieron cultivarme y paso bien conversando con la gente. Me ha ido bien".

Sin embargo, ahora está dispuesto a volver y ha comenzado a trabajar en el fútbol. Se está dando una segunda oportunidad como agente. "Me han invitado a volver. Y me doy cuenta que el fútbol es para mí como una madre, o un padre. Que por más que en cierto momento uno quiera alejarse para hacer su vida, ella siempre te está llamando y de una manera muy amorosa", explicó.

"Ahora surgieron unas posibilidades y entonces me dije ¿por qué no?. En el fútbol se manejan cifras fuera de lo que uno puede hacer con un trabajo normal. Y me pregunté por qué no hacerlo por mí, por mi familia y también por ciertos chicos que están en Uruguay buscando una posibilidad de venir a Europa para crecer como futbolistas y poder ayudar a su familia. Está todo ligado".

Borges tiene la certeza de que esta vez va ser diferente. "Todo está muy bien encaminado. Ser conocido tanto en Uruguay como aquí me facilita las cosas. Estoy trabajando con un persona que tiene jugadores en casi todos los equipos franceses y muy buenos contactos. El trabajo está comenzando y hay cosas que se están clarificando. Están avanzando bien y varias puertas se están abriendo".

Esta vez no quiere cometer los errores del pasado. Aprendió de sus equivocaciones y piensa decir sí cuando haya que hacerlo, y no cuando sea necesario. "Esta vez voy a tratar de buscar mi interés y actuar de acuerdo a mi pensamiento. Cuando crea que un jugador es bueno y puede funcionar bien en Francia, lo voy a tratar de traer más allá de lo que me puedan decir otras personas. Esta vez voy a escuchar mi corazón porque creo que conozco de fútbol por haberlo jugado y sé de este medio por llevar tantos años acá. Lo resumo diciendo que la vida es muy dura y esto lo quiero hacer por mí, por mi familia y por mis hijos. Pero siempre respetando a los futbolistas. Eso es algo que tengo muy claro", afirmó convencido.

El exjugador que nació en Minas de Corrales hace 48 años, tuvo una niñez muy dura. Sobre todo cuando dejó su pueblo natal para instalarse en Piedras Blancas. Y eso influye en su forma de ser. "Aquí he aprendido a conocerme verdaderamente. A buscar quién soy. Hoy sé qué es lo mejor de mí mismo y también que soy mi peor enemigo. Y cuando entendés eso y encontrás el justo equilibrio llega la paz. Hoy los fantasmas de aquel niño que se encontró solo en la calle, ya no existen", reconoció.

"Es verdad que en Uruguay pasé momentos muy difíciles. Y luché mucho para conseguir ser jugador de fútbol y ganar dinero. Y cuando lo logré me di cuenta que no me hacía feliz. En muchos momentos me sentí muy vacío y solo. Siempre fui de pensar. Me acuerdo que el Negro Ruben Pereira me decía siempre que yo era un huevo de pascua, porque era negro por afuera y estaba lleno de pavadas adentro. Hoy me he encontrado y Francia me ayudó muchísimo en esa búsqueda de mí mismo".

AFECTOS. El "Pompa" tiene tres hijos. Romina, la mayor, que vive en Uruguay, es fruto de su primer matrimonio. Charly de 18 años, que estudia y juega al fútbol y Luna, de dos años, hija de Julie, su actual esposa, quien tiene mucho que ver con la paz que ha encontrado el exjugador. Maelle, de 12 años, hija de Julie, completa los afectos del "Pompa". Su único hijo varón juega en el Racing de Lens, en las juveniles. "No tiene el juego mío. Juega de número 5 o de 8, tiene muy buena técnica y heredó toda la garra charrúa", contó orgulloso. "Es un chico muy inteligente, pero él quiere jugársela en el fútbol porque es su pasión. Yo soy más de que agarre para los estudios, pero lo más importante es lo que quiera él", afirmó.

Charly duerme con una camiseta de Cavani, que el goleador le regaló a su padre. "Cavani es un ídolo, un fenómeno que honra al fútbol uruguayo. Y además, con sus actuaciones, me facilita las cosas en el trabajo", finalizó el "Pompa".

NOTRE DAME DE LA TREILLE.

La iglesia que el ex futbolista visita casi a diario en Lille.

La iglesia de Notre Dame de la Treille queda cerca de su casa en Lille y el "Pompa" suele darse una vuelta por allí a diario. Está pendiente de todo lo que sucede en el fútbol francés, pero no le dio mucha trascendencia a la clasificación de Mónaco a las semifinales de la Champions League. "Es un buen equipo, pero no es el equipo del pueblo francés", dijo.

CAMPEON URUGUAYO 1988.

"Aquello Fue algo muy mágico, extraordionario".

"No me gusta la nostalgia pero aquello fue extraordinario, mágico. En aquel momento no nos dábamos mucha cuenta, pero hoy con casi 50 años me doy cuenta lo que fue. Recuerdo un partido de Copa Libertadores en el que llenamos el estadio, era como si todo el Uruguay fuera hincha de Danubio por la forma en que jugábamos", recordó el "Pompa".

LA FIRMA CON NACIONAL.

Apareció en la sede vestido como para su casamiento.

El día en que firmó contrato con Nacional, en 1991, apareció en la sede de 8 de octubre vestido de smoking y moño. "Dentro de mi ignorancia, la que tenía en aquel momento, sentí que ese día lograba mi concreción como futbolista al pasar a un grande. Además, acababa de leer "Mi planta de Naranja Lima" y me sentía identificado con "Zezé, el niño pobre de la historia.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Edgar Borges. Foto: Darwin Borrelli

HISTORIASSILVIA PÉREZ

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Franciafútbolhistoria

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad