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Y un día, Costa fue un mortal más

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Tomás Costa alternó entre buenas y malas. Foto: Ariel Colmegna
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El volante argentino venía siendo clave en el aurinegro pero esta vez no mostró su mejor versión, cometió un penal y el conjunto mirasol lo sintió mucho.

Venía siendo figura. Tomás Costa era hasta el momento el punto más alto del equipo en lo que va de la temporada. Manejaba los hilos de los partidos, le daba equilibrio a la mitad de la cancha y tenía una incidencia importante en el juego ofensivo.

Sin embargo, ayer no tuvo su mejor noche y la realidad es que Peñarol lo sintió muchísimo. ¿Fue un desastre? No, ni cerca, pero en relación a lo que venía mostrando fue su actuación más pobre desde que defiende al mirasol.

En una fatalidad, a los nueve minutos, cometió un penal y a partir de allí, no se pudo acomodar más en el partido a pesar de que siguió mostrando cosas buenas como los remates de larga distancia. Se malhumoró y no pudo volver a enchufarse.

Ya con el tanteador en contra y viendo que los minutos pasaban, el equipo se fue todo al ataque y apostó por la velocidad para ir por afuera, desbordar y poner la pelota en el área. Lo logró, es cierto, pero la pelota no entró. En ese esquema, Costa tampoco pudo lucirse. Quedó muy atrás, ayudando a la línea de tres que se armó para el segundo tiempo y dejó de ser un armador para los demás.

No es para alarmarse ni mucho menos, pero quedó en evidencia que este Peñarol necesita muchísimo del volante argentino. Lo bueno es que el martes, con Huracán, ya hay revancha.

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Tomás Costa alternó entre buenas y malas. Foto: Ariel Colmegna

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