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El otro Defensor 76

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Defensor 76
Archivo El Pais

Hace 40 años, el violeta ganó su primera Liguilla, marcándole 4 goles a Peñarol en la final. Aunque casi no se presenta a jugar aquel partido...

Al igual que el fulgor de algunas estrellas suele opacar el brillo de otros astros que orbitan demasiado cerca, cuando se habla del Defensor 1976 se recuerda la campaña que cambió la historia del Campeonato Uruguayo y a menudo se olvida el título de la Liguilla de aquel mismo año, confirmación de la jerarquía que había alcanzado el equipo.

Tras la conquista del Uruguayo en julio, el técnico José Ricardo de León se fue a dirigir a México y Luis Cubilla dejó el fútbol. La ausencia de esos pilares pudo haber derribado la obra pacientemente edificada por el club desde principios de la década de 1970. Sin embargo, la llegada del técnico chileno Andrés Chuleta Prieto permitió un cambio de estilo que produjo, por ejemplo, una goleada sobre Peñarol en la final de la Liguilla.

"El profe De León nos anunció que se iba y que iba a recomendar a un colega que estaba en mal momento y necesitaba una mano. Y nos dijo que nosotros sabíamos qué teníamos que hacer. Eso habla de la calidad humana de De León. Y también la de Prieto, porque nos confesó que no sabía cómo jugábamos, que él tenía otro sistema pero iba a respetar lo hecho por De León", recuerda Beethoven Javier, marcador lateral de aquel equipo.

Así, el entrenador chileno mantuvo el pressing y la organización defensiva, pero moderó el apuro que a veces se ponía para pasar de defensa a ataque. "Pare, pare, nos decía en las prácticas. Y me parece muy bien, porque el fútbol no es uno solo. Todos los estilos sirven", agrega Javier.

"Prieto llegó con humildad muy grande pese a su capacidad y a la trayectoria que tenía. De León había confiado en él para redondear el funcionamiento colectivo. Y sobre esa base ya automatizada, nos permitió incorporar variantes y llegar al ataque en forma más colectiva", señala por su parte Rudy Rodríguez, puntero en aquel 1976.

Rudy recuerda una anécdota que pinta el carácter de Prieto: "Yo era muy inquieto, difícil que durmiera la siesta en la concentración. Algunos compañeros se pusieron a jugar al truco y se me ocurrió subir a un piso alto, llevando un balde, para tirarles agua. Cuando iba subiendo por la escalera, siento unos pasos atrás. Era Prieto. Se me vino el alma a los pies porque pensaba que me iba a sancionar. Pero me hizo un gesto para que mantuviera el silencio y él me acompañó con otro recipiente de agua... y también los mojó".

HASTA LA FINAL.

Defensor empezó con mal pie aquella Liguilla, disputada en diciembre del 76: perdió un partido parejo ante Nacional porque al arquero Freddy Clavijo le picó mal un remate de Rafael Perrone. Pero en el segundo encuentro ya se recuperó, venciendo 3 a 1 a Peñarol. Después siguieron un 4-0 a Huracán Buceo, un 1-0 a Wanderers y un 4-1 a Danubio. Al final del certamen quedó empatado con Peñarol, por lo cual hubo una final el lunes 27.

"Lo anecdótico fue que casi no nos presentamos por un problema con los premios —cuenta Javier—. Teníamos un acuerdo por el Uruguayo y otro por la Libertadores, pero nadie había pensado en la Liguilla y menos en que iba a jugarse una final. Pasaron los días sin acuerdo. Llegó la hora de salir hacia el estadio y seguíamos sin solución. Al final, los dirigentes Polo Gómez y Eduardo Rocca se hicieron responsables de arreglar el tema y partimos cuando Peñarol ya estaba en la cancha. Nos íbamos vistiendo en el ómnibus...".

En el apuro tomaron las camisetas de manga larga pese a que era verano y entraron a la cancha sin pasar por el vestuario. Pese a eso, a los diez minutos ya estaban ganando 2 a 0, con dos goles de tiro libre de José Gómez y Rodolfo Rodríguez. Alberto Santelli hizo dos más y sobre la hora descontó Lorenzo Unanue, algo que la hinchada aurinegra gritó casi como si fuera el empate, porque ya parecía imposible hacerle un gol a la muralla vestida de violeta.

Sin embargo, a veces las alegrías de quienes luchan toda la vida duran poco. Al final del partido, cuando iba hacia el vestuario, el padre de Santelli falleció de un síncope. De inmediato el festejo se transformó en drama, aunque la mayor parte de la parcialidad se enteró al otro día.

Tras la Liguilla, Prieto siguió su carrera en el exterior. Dirigido por Mario Patrón, Defensor jugó la Libertadores 77 junto a Peñarol frente a Boca y River, peléandole la clasificación a los xeneizes, luego campeones. Con los años, además, el club ganó varias veces más la Liguilla. Si se quiere, un legado del otro Defensor 1976.

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