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La clase no tiene cédula, es eterna

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El otro fin de semana, el ‘Nico’ Olivera la rompió en Defensor, en la tarde que el violeta goleó a River en el Saroldi.

Este sábado, el que la descosió en pocos minutos fue Ligüera, y ya lo había hecho ante Fénix, cuando sacó un conejo de su galera que abrió y liquidó el partido ante el albivioleta.

Le faltaba hacer un gol como el que hizo en el Viera. De lejos, de primera, sin dudar, acarició la pelota y la colgó en un ángulo. ¿Viejo? ¿Lento? ¡Qué va! Martín es el más rápido de todos. Es el que piensa antes y resuelve mejor. Su clase, como la del ‘Nico’, le permite jugar en un fútbol que es cada vez más dinámico y casi sin espacios, pero él hace la diferencia.

Y ayer, en otro puesto, pero tan o más importante que en cancha, la rompió Fabián Carini en el arco de Juventud. El fútbol no tiene cédula porque la clase es eterna y no se termina. Hagan una lista...

DESDE EL ARCO - JOSÉ MASTANDREA

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