Nacional, Torino, Racing, Campeón de América en 1995 con Uruguay, es parte de su curriculum en una carrera que comenzó en 1992 y terminó en 2004, cuando dio una mano en Uruguay Montevideo. Hoy, sin equipo para entrenar, sigue siendo apasionado del fútbol.

- ¿Ya no hay más Marcelo Saralegui entrenador?

- ¡Hay sí! Las ganas están, la pasión por el fútbol sigue intacta, no se ha dado...

-¿Lo último fue Colegiales en Argentina?

- Sí, breve pero intenso... je. Llegué con muchas expectativas, con un proyecto, pero después las cosas no se dieron. Ví que no era como me habían pintado el panorama, y decidí dar un paso al costado. No quería complicarme.

- ¿Qué pasó?

- Nada... cosas del fútbol. Yo soy un entrenador amplio, que entiende las situaciones, pero alguna herramienta tengo que tener... cosas del fútbol...

- ¿Y del medio?.

- Llamadas, preguntas, sondeos, nada más.

- Después de aquel Rampla de 2014...

- Sí, es verdad. ¡Ya tres años! ¡Cómo pasa el tiempo! Fue una linda campaña. Ese equipo jugaba muy bien, hicimos muy buenos partidos, logré imponer mi estilo, los jugadores interpretaron perfectamente lo que quería. Fue un equipo ofensivo, que pretendía ser protagonista. Pero como todo, mandan los resultados, los momentos, y a veces lo económico termina pesando en todo lo demás. Fue lindo aquello de Rampla.

- ¿Sos de los entrenadores que va a los partidos o de los que no aparece para que no piensen que estás esperando que caiga el DT de turno?

- Voy al fútbol, claro. Elijo el partido. Veo quiénes juegan y voy al que tenga más condimento, el que tenga más motivación. No siempre voy a ver a los grandes, a veces hay partidos mucho más atractivos, más parejos, más peleados, esos donde se juegan todo los equipos. Bueno, donde se dé, estoy.

- ¿Hay mucha diferencia entre los grandes y el resto?

- No... en lo futbolístico, no. En la cancha no logran marcar la diferencia que hay en todo lo demás. Económicamente hay un abismo, siempre tenés un plus estando en un grande, pero después que empieza a rodar la pelota, todo se hace más parejo.

- ¿Cuál es la explicación?

- Pienso que al ser torneos cortos es difícil sacar una buena diferencia, pero eso después se nota en la tabla Anual. Ahí sí, cuando pasás raya de todo el año, ves a los grandes bien arriba y alguno que se mecha... pero le sacan un montón de puntos a los demás. Si en vez de hacer dos torneos cortos, fuese un Uruguayo todos contra todos a dos ruedas, como era antes, la diferencia en los puntajes sería otra. Al ser torneos cortos, son más parejos, se hace más atractivo.

- ¿Qué te dejó el fútbol?

- Amigos... muchos amigos, relacionamientos, contactos, el reconocimiento de la gente que hasta el día de hoy me para en la calle para saludarme, para hablarme de Nacional, de la selección. Creo que transité por el camino correcto, lo noto en ese trato diario, en el afecto que me muestran a pesar de haber dejado de jugar hace muchos años.

- ¿Y en la Argentina te pasa?

- ¡También! es increíble, pero el hincha argentino es fiel. Me pasa cuando voy a Buenos Aires, los hinchas de Racing, de Independiente... cuando llego a Santa Fe con la gente de Colón. Ese afecto reconforta.

- ¿Cambió mucho el fútbol de aquellos días a este de hoy?

- Sí, claro... hoy es mucho más dinámico, más veloz, se juega a otra velocidad, hay menos tiempo para pensar y menos espacios. Lo físico prevalece. Yo creo que eso es lo que generó otro tipo de fútbol, y obliga también a tener mucha más precisión, más técnica, mejor control del balón. En ese sentido, mi pasaje por Colegiales me generó un vínculo muy importante con un excelente preparador físico. Trabajó años junto a Ramón Díaz, y ya lo hablamos. Cuando me toque dirigir, cuando tome un plantel va a venir conmigo. Esa es la idea, sumarlo y también, si se puede, contar con un amigo como Tony Gómez, de los buenos compañeros que tuve en Nacional, un tipo bárbaro, muy preparado. Veremos... por ahora, yo sigo en lo mío, en la venta de autos...

¿QUÉ ES DE TU VIDA?JOSÉ MASTANDREA