Es difícil saber por qué pasó lo de los dos últimos fines de semana entre los técnicos de Fénix y Wanderers, y efectivos de la Policía de Tránsito; pero hay una certeza: como dijo Wilmar Valdez, "no es normal", y menos la suma de ambos casos.

JORGE SAVIA

Es que no se precisa ir al abordaje del tema de las conductas humanas para tratar de comprender por qué actuaron como lo hicieron los entrenadores y los efectivos policiales. La reflexión es más elemental, acaso, pues ambos problemas se originaron en y por los vallados. Así que, más allá de los entredichos que luego se suscitaron, surge una interrogante: ¿las vallas, que se ponen por los hinchas, pueden ser una traba para el paso de los protagonistas del espectáculo?

Es ahí, en la base del problema donde pasa algo que "no es normal", como dijo Valdez, pues es impensable que alguien les dijese a los Stones o a Marc Anthony que tenían que dar toda una vuelta por detrás del Hospital de Clínicas, o del Velódromo, para entrar al Centenario a cumplir su trabajo: lo que iban a hacer Rosario Martínez y Gastón Machado; con la diferencia de que ellos son de Santa Lucía y Rivera, y no cantan.

EL ANÁLISIS