El capitán entrenó a la par de sus compañeros, ya recuperado de la molestia que le impidió jugar los últimos tres partidos del verano. Mientras, en Asunción se define su situación.

Con la incertidumbre de lo que ocurrirá con el capitán Iván Alonso, quien tiene posibilidades de marcharse a River Plate de Argentina, Nacional inicioó la semana este lunes con un trabajo en doble horario: por la mañana en Los Céspedes y por la tarde, a puertas cerradas, en el Parque Central.

Alonso, quien solo pudo jugar el primer clásico del año y luego se perdió los otros tres partidos del verano por una molestia, trabajó a la par de sus compañeros, entre los que se encuentra el punta Sebastián Sosa, última incorporación tricolor.

El melense se incorporó el jueves al plantel y si bien tiene todo acordado, todavía no firmó contrato.

La situación de Alonso por el momento sigue incambiada. El futbolista ya fue contactado oficialmente por River, quien a su vez hizo lo propio con Nacional, y todo depende de que las instituciones se pongan de acuerdo.

Extraoficialmente se maneja que el club argentino estaría dispuesto a desembolsar US$ 500.000 para hacerse de los servicios del delantero, cuyo vínculo con Nacional culmina en junio próximo, por lo cual puede ser un buen negocio para el tricolor, que en pocos meses nada recibiría. Ese dinero le permitiría salir al mercado a buscar un reemplazo y las baterías parecen apuntar al liverpoolense Junior Arias.

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