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Al asistente técnico le costó dormir; dijo que no quiso perjudicar a los árbitros.

silvia pérez

El estado de ánimo de Alejandro Acevedo no era el mejor ayer. Prácticamente no había podido conciliar el sueño tras el partido frente a Peñarol. “No dormí y eso que no le doy mucha bola a las redes sociales”, le dijo a Ovación. Igual es consciente que las críticas hacia él han sido muy duras. “Me están dando más palos que en las llamadas”, se lamentó.

Acevedo admitió que se dejó caer, pero aseguró que no lo hizo con la intención de perjudicar al juez Ostojich ni al cuarto árbitro Héctor Martínez. “Quise dar un paso atrás y perdí estabilidad. Se me estaban cayendo los lentes y me dejé caer hacia atrás. No fue porque Martínez me haya pegado, sólo me puso el cuerpo adelante y me acercó el brazo. Quise dar un paso atrás y me dejé caer. Pero no lo hice por gusto, fue algo que ni siquiera pensé. No tuve ni tiempo para pensarlo. Son cosas que pasan en el momento”, explicó Alejandro, quien se mostró muy dolorido por las voces que piden que no entre más a la cancha con su hermano.

“Siempre me agarran de pinta a mí. Sé que ya tengo esa fama”, admitió. “No me arrepiento porque no lo hice de gusto. Perdí estabilidad, también estaba Romario que me quiso ayudar y me tocó y capaz que colaboró en que perdiera estabilidad. Reconozco que me dejé caer pero nunca tuve la intención de ‘matar’ a Ostojich o al cuarto árbitro”, insistió Acevedo.

Aunque está convencido que no tiene de qué arrepentirse, reconoció que si pudiera volver atrás no se tiraría. “Obvio, trataría de no caerme”, dijo. “Son cosas que le han pasado a muchos entrenadores. Hasta Tabárez se agarró a las piñas en Boca, hay videos”.

El presidente Daniel Jablonka regresó del estadio con el plantel y ayer por la mañana estuvo en el Franzini como hace habitualmente. Estuvo con Alejandro y conversó con él, pero no quiso tocarle el tema. “Yo a Alejandro ya lo vi caerse así en otras ocasiones. Además, quedaba muy poco por jugar y haciendo eso lo único que iba a hacer era perjudicarnos a nosotros. ¿Por qué lo iba a hacer?”, se preguntó el titular violeta.

El que sí estaba bastante molesto con su hermano era Eduardo, quien mantuvo dos charlas con sus dirigidos, una en la noche del miércoles al regresar y otra ayer de mañana. Todos son conscientes que jugaron bien, pero no se les dio el gol. Y que cuando marcaron no se lo cobraron.

Ayrton Cougo no logró hablar con los jueces, a quienes esperó en la puerta del vestuario. Su intención era explicarles que no había insultado y no entendía por qué lo expulsaron. Los violetas sentirán la baja del melense, pieza clave para Acevedo. Aunque todavía falta, seguramente Suárez pasará a la izquierda y Beltrán jugará por derecha.