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Millones de motivos para jugar

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Siempre se ha dicho, y con el paso del tiempo quedó firme, casi como si fuera una verdad establecida, que "el partido por el tercer puesto es el que nadie quiere jugar", por la simple razón que lo disputan los dos equipos que perdieron en semifinales.

El objetivo —o el sueño— de todos, por supuesto, es llegar a la final, y si es posible, incluso, ganarla. De ahí, entonces, ese "nadie quiere jugar" referido a un partido consuelo, al extremo de que también se hizo carne en nuestro país la creencia popular de que el fútbol uruguayo suele perderlo por aquello de que la historia exige: campeón o nada; y luego de que esa meta se convierte en inalcanzable no hay motivación alguna para disputarlo.

Sin embargo, todo cambia, y el cotejo que hoy disputarán Paraguay y Perú en Concepción por el tercer puesto de la Copa América 2015, es una muestra clara: no es lo mismo salir tercero que cuarto. Puede que los futbolistas no lo sientan de esa manera, pero la realidad indica que las respectivas asociaciones nacionales no miran una eventual victoria o una supuesta derrota con indiferencia; más bien todo lo contrario.

Es que, de acuerdo a lo que establece la escala de premios instaurada por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) para la disputa del torneo continental, el país que logre el tercer puesto tendrá una remuneración de dos millones de dólares, y se llevará uno el que termine cuarto.

Un millón de dólares diferencia entre uno y otro puesto, entonces, parece ser una razón suficiente para que este partido de hoy en Concepción se mire con la atención que, en cambio, no generaba en el pasado.

Por si fuera poco, el cotejo que comenzará a las 20:30, no sólo representa un motivo de interés para los protagonistas: también lo es para los que —tal vez con la excepción de Argentina y Brasil, y en el caso de este último quién sabe— en las próximas Eliminatorias van a ser sus adversarios, sobre todo los que pueden disputar con paraguayos y peruanos un lugar para ir al Mundial que se llevará a cabo en Rusia dentro de tres años.

Es que tanto Paraguay como Perú llegaron a la Copa América de punto, no como banca; y ahora no sólo se constituyeron en las sorpresas del torneo por las posiciones que alcanzaron: también, y siempre con la mente puesta en las Eliminatorias, se transformaron en rivales a tener en cuenta, fundamentalmente porque una vez que culmine el torneo continental sólo habrá una fecha FIFA antes del comienzo de la ronda clasificatoria del fútbol sudamericano.

En una palabra, todo aquel que quiera registrar a Paraguay y Perú en su justa medida, al menos en lo que son sus posibilidadades actuales, tendrá dos oportunidades para hacerlo: el partido de hoy, que es por uno o dos "palos", o el amistoso que cada uno de ellos pueda disputar antes de que se larguen las Eliminatorias.

El partido en sí, por otra parte, presenta un atractivo que es como para no dejar de lado: se trata de un choque de estilos muy marcados, por más que los dos tengan técnicos argentinos, ya que se enfrentan la técnica depurada de los peruanos y la fuerza de los paraguayos.

De manera, pues, que el de hoy en Concepción es un enfrentamiento de los tiempos modernos, ya que —según los indicadores estadísticos de Willy Viola— el partido por el tercer puesto se empezó a disputar a partir de la Copa América que se jugó en 1987 en Argentina, 71 años después de instaurado el campeonato sudamericano.

Desde entonces a hoy, Colombia y México fueron ganadores tres veces cada uno en este tipo de instancias, Uruguay se impuso en una ocasión en la edición de 2004, perdió en otra que ganó Honduras por penales en 2001, y Perú salió tercero al golear a Venezuela por 4 a 1 en Argentina hace cuatro años.

No es, al fin y al cabo, un partido más; y aquel concepto de "partido consuelo", en definitiva, quedó enterrado en el pasado. Hoy hay mucho para ver entre paraguayos y peruanos, y también hay mucho en juego entre ambos: el que gane se llevará dos millones de dólares, y el que pierda va a cobrar un millón. La diferencia bien vale, pues, disputar —y tratar de ganar, claro— este partido que antes nadie quería jugar.

Por supuesto, en medio de la situación económico financiera por la que atraviesa la Conmebol, no se sabe cuándo se cobrarán los premios; pero...algún día se pagarán; y, además, ahí están las Eliminatorias por delante. La de hoy, entonces, es una oportunidad de ver a dos rivales que antes de la Copa América no figuraban, como tales , en los planes de nadie.

Lucas Barrios.

El delantero nació el 13 de noviembre de 1984 en San Fernando, provincia de Buenos Aires, pero su madre es paraguaya y por esa razón en 2010 adquirió dicha nacionalidad. Con la selección de Paraguay jugó 29 partidos y metió 9 goles; en la Copa América hizo 3, y uno fue a Uruguay.

Paolo Guerrero.

El atacante ació el 1° de enero de 1984 en Lima y jugó 63 partidos con la selección de Perú, habiendo convertido 24 goles. En la Copa América 2015 lleva anotados tres, todos a Bolivia en el cruce de cuartos de final. Afuera de la cancha es gran aficionado al turf, propietario de varios caballos.

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COPA AMÉRICAJORGE SAVIA

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