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Hebraica fue un vendaval

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Hebraica
GERARDO PEREZ PALADiNO

El macabeo venció 98-62 a Aguada y ahora lidera 2-1 en las finales.

Hebraica Macabi hizo un partido perfecto. Siempre puede haber alguna cosa para mejorar, pero lo cierto es que el equipo de Leonardo Zylbersztein no le permitió jugar a su rival y lo superó en todos los aspectos.

El inicio del juego fue bastante impreciso, pero el macabeo sacó rédito de esa circunstancia. Aguada estuvo cuatro minutos sin poder anotar y Hebraica puso una ventaja de 11-0 que supo mantener y aumentar para quedarse con el tercer partido y poner la serie 2-1 a su favor.

Si la diferencia obtenida en el primer cuarto había sido importante, la lograda en el segundo lo fue aun más. Llegó a sacar 26, lo que era máxima en la serie hasta el momento, y ya comenzó a torcer la balanza a su favor. Una balanza que no iba a volver jamás para el lado aguatero, que nunca pudo encontrar un equilibrio.

Las rachas de puntos de Aguada siempre eran contestadas con una más amplia de Hebraica Macabi y eso hizo que los de Leonardo Zylbersztein siguieran aumentando una ventaja que cada vez se hacía más larga e insalvable para los de Fernando Cabrera.

Para colmo de males, para el inicio del segundo tiempo el “Hechicero” vio como su equipo caía por 18 puntos y como perdía a una de sus figuras claves: Gustavo Barrera.

El “Panchi” sufrió un dolor muscular que lo tuvo observando todo el segundo tiempo en el banco de suplentes y lo transforma en una interrogante para el duelo del próximo viernes, donde sin duda Aguada deberá reponerse anímicamente luego de la dura derrota de anoche.

Los 36 puntos de diferencia del final fueron uno menos de los 37 de máxima que alcanzó el macabeo en el partido, en lo que fue la mayor diferencia de esta serie. Una ventaja que no solo debe haber sorprendido tanto a los hinchas como a los jugadores aguateros, sino que también lo debe haber hecho en los macabeos, que difícilmente hayan esperado tal diferencia.

Los triples de Sebastián Izaguirre y el gran partido de Jaime Lloreda y Leandro García Morales, fueron claves para un Hebraica que fue un vendaval y dejó la serie 2-1.

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