Gonzalo “Gonchi” Rodríguez fue un gran piloto, pero sobre todas las cosas fue un referente para todo el Uruguay, especialmente para la juventud.

Con su actitud, talento y un espíritu emprendedor sin igual, viajó a Europa a forjarse un futuro como piloto de carreras, siempre con la ambición de llegar a la Fórmula Uno. No pudo llegar, pero sí lo hizo a la Indy y en su primer carrera ya fue más rápido que Al Unser Jr, su compañero en el equipo Penske.

En el circuito de Laguna Seca, tuvo su accidente y nos dejó para siempre, con las ganas de ver su eterna sonrisa en los podios del mundo.
Su sepelio fue uno de los actos vividos con más emoción y tristeza por el pueblo uruguayo.

Algunos seres para los que Gonchi hubiera sido un ejemplo, vandalizaron su tumba. Mármoles rotos, plaquetas robadas y las que no pudieron robar, quedaron destruidas.

Perdón Gonchi, porque esta juventud ya vulgarizada por ejemplos de conductas que no valoran nada, no merece haber sido hincha tuyo. Me da tanta lástima. Imaginen ustedes si la tumba de Ayrton Senna hubiera sido vandalizada así. En Brasil la cuidan con amor y respeto, con flores nuevas todos los días.

MI OPINIÓN - NANDO PARRADO