En 1940 un grupo de nueve aficionados a los autos de carrera formaron un club.
Ese club fue la Asociación Uruguaya de Volantes. Entre ellos estaban Omar Hugo Carlevaro, Eitel Cantoni, Servando De León, Víctor Borrat Fabini y mi padre Seler Parrado, quien, por sorteo, fue el socio número siete.
Gracias a Don Seler, las semillas del deporte motorizado germinaron con mucha fuerza dentro de mí. Autos, motos, lanchas y todo lo que rugiera era el pan de cada día en mi casa. Un día me llevó, con seis años de edad, a unos arenales junto a varios de sus socios de AUVO. Con sierras y hachas comenzaron a talar pinos. Con un jeep delinearon un trazado y gracias a ese esfuerzo tuvimos “El Pinar”, conocido como autódromo “Víctor Borrat Fabini”.
Sesenta años después y ahora gracias al esfuerzo de grandes gladiadores como los de antes, tenemos un remozado, alargado y largamente esperado nuevo autódromo.
Pilotos, periodistas y aficionados disfrutarán de algo espectacular y el VBF será un ícono de Canelones y del Uruguay.
Un agradecimiento a la actual Comisión Directiva y a todos sus colaboradores, por su esfuerzo y, en especial, a Seler Parrado y sus amigos tuercas del 40.
MI OPINIÓN - NANDO PARRADO