Periodista y columnista de Mundocolor y El País, apasionado del rugby, dejó su huella tras más de 40 años de trayectoria.

Murió Ceibal Regules. La noticia nos sacudió a todos. Ceibal marcó una época, un estilo, fue el primer Tero, como solíamos decirle en la redacción del desaparecido Mundocolor. Porque Ceibal amaba lo que hacía. Amaba el rugby, el periodismo, y abrazó con pasión un deporte que creció bajo su impulso y su prédica.

Hoy el rugby está en todos lados. Y Ceibal fue parte de ese crecimiento. Con su prédica, con sus notas, con su empuje, con su apoyo constante, aun remando contra la corriente, porque Ceibal tenía su espacio de rugby hace 40 años, cuando "el deporte de la ovalada" no tenía la más mínima difusión.

Pero más allá de su amor por el rugby, amaba el periodismo, las charlas de redacción, los consejos, las anécdotas. "Escuchame...", decía, y todos lo escuchábamos.

Llegaba siempre con un par de carpetas o libros debajo del brazo. El pelo canoso, erguido, fuerte, un pilar de cualquier equipo de rugby.

Llegaba de mañana, de tarde o ya entrada la noche, a veces con camperones de lluvia y botas, porque venía de los partidos de rugby y se metía en cancha a buscar las notas que nadie buscaba.

Hizo conocer un deporte, lo impuso con su pasión, y hoy, 40 años después de aquellas primeras notas, disfrutaba con el presente de Teros y del rugby. Sentía que era parte de su labor, y lo fue.

Amigo, compañero, consejero, afable. Ese fue Ceibal Regules para todos aquellos que lo conocimos en el día a día. Se bancaba como ninguno las típicas bromas respecto al rugby, sonreía, y respondía también con una sonrisa.

Chau Ceibal, gracias por todo.

JOSÉ MASTANDREA

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